Pinturas que apelan a lugares, paisajes y espacios que nos brindan la posibilidad de ser calzadas unas con otras en múltiples combinatorias. Éstas se encuentran en un estrecho diálogo con las esculturas de estética dura que construyen geometrías modulares, apiladas en una suerte de torres o configuraciones totémicas.
La artista trabaja de manera pulcra, directa y precisa tanto planos como volumetrías, sorprendiendo con la transformación del fierro opaco y aceitoso, dejando atrás su categoría de material ferretero para brillar emulando a otro metal en un proceso pseudo alquímico.
“Todo material hasta el más humilde presenta la posibilidad de transformarse en algo fantástico, pero para que esto ocurra se debe observar, manipular e insistir una y otra vez”.