ISIDORA VILLARINO
A través de su trabajo, Isidora tensiona el tiempo, en sus obras pasado, presente y futuro se entrecruzan, reflexionando sobre conceptos como identidad y memoria. Así, el presente, asediado por los anhelos del futuro, uno que asoma mejor que el ayer, desdibuja el pasado y la historia, nuestra historia.
Insertos en el vaivén de la remodelación: demolición y construcción, los espacios que habitamos o recurrimos están en permanente acecho, efímeros, corren el riesgo de desaparecer. Estos son elementos que la artista desarrolla en su obra y que forman parte de su investigación, en un trabajo que muchas veces tiene algo de arqueológico, en donde Villarino intenta mantener viva cierta esencia de lugares significativos en una escala doméstica, peatonal, resguardando la identidad y la memoria de ciertos lugares de tránsito, haciéndolos suyos, reflexionando en la manera en que vamos construyendo sobre sedimentos de memoria.
En su trabajo Isidora explora constantemente esos recovecos de la memoria, una que va de lo ruinoso a lo luminoso, vestigios de otro tiempo que tensionan el presente. En sus obras, esa tensión aparece representada de distintas maneras: dibujos de pedazos de casas, arquitecturas o espacios que con el paso del tiempo han dejado de ser lo que eran o han sufrido transformaciones por necesidad u obligación, imágenes traslúcidas que dejan entrever lo que era y lo que es, juegos de luces y sombras que reflejan una presencia propensa a desparecer.